domingo, 19 de octubre de 2008

El espejito

Cuando llegaron a aquel pueblo, tan lejos de casa, amigos y familia, ella sintió que todo se le venía encima. Hasta que empezaron a suceder cosas: un cuadro cambiaba de lugar, unos cajones aparecían abiertos… y el espejito. Cada noche ella lo guardaba en el cajón y cada mañana aparecía sobre la mesilla, esperándola despertar. Su marido decía que eran imaginaciones suyas, tonterías, pero aquella presencia en la casa, aquella magia, la hacían extrañamente feliz.

Como cada noche, dejó el espejo en el cajón y cerró los ojos. Cuando escuchó su respiración acompasada, su marido abrió el cajón con cuidado…