martes, 16 de febrero de 2010

Cinco días de Otoño

-¿Hoy es viernes?, preguntó ella con un tono de pánico en la voz.

Cinco días encerrados en aquella habitación hacian perder el sentido del tiempo.
El estaba en un congreso médico; ella en un cursillo de capacitación de su empresa. Ambos estaban realmente en un hotel urbano, a las afueras de la ciudad.
Llevaban un par de meses viéndose a escondidas, mintiendo y engañando para hacerlo.Y habían decidido dejarlo. Esa era su última vez. No podían continuar de aquel modo y para poder seguir juntos tendrían que hacer daño a las personas que más querían.

- No, es jueves.- mintió él.

- Entonces, todavía nos queda un día.- dijo ella, sabiendo que él mentía.

viernes, 5 de febrero de 2010

Siempre nos quedará el lago

Aquí vinimos a descansar, dijiste. Una cabaña, un lago, los dos solos. Lejos del trabajo, del stress y los niños.

También, pensé yo, estábamos lejos de tus amantes. Por unos días era sólo para ti, y no habría de soportar ni tus celos, ni tus golpes ni tus gritos.

El primer día aproveché para arreglar unas cosillas del coche. Siempre he sido buena con la mecánica.

El segundo día te mandé al pueblo a comprar. ¡Qué terrible, qué inesperado, fue que fallaran los frenos! ¡Qué horrible tu muerte, en el fondo de aquel barranco!

Aquí vinimos a descansar, dijiste. Así que,… descansa en paz, cariño.